jueves, 30 de septiembre de 2010

LA GRAN INVOCACIÓN

Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya Luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya Amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo retorne a la Tierra.

Desde el Centro donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres,
El Propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

Esta invocación no es propiedad de ningún individuo o grupo en especial. Pertenece a toda la humanidad. Empleándola o estimulando a otros para que la reciten, no se favorece a ningún grupo ni organización determinada.
La belleza y la fuerza de esta Invocación reside en su sencillez y en que expresa ciertas verdades esenciales que todos los hombres aceptan innata y normalmente: la verdad de la existencia de una Inteligencia básica a la que vagamente damos el nombre de Dios; la verdad de que detrás de las apariencias externas el Amor es el poder motivador del Universo; la verdad de que vino a la tierra una gran Individualidad llamada el Cristo por los cristianos, que encarnó ese amor para que pudiéramos comprenderlo; la verdad de que el Amor y la inteligencia son consecuencia de la Voluntad de Dios, y finalmente de que el Plan Divino sólo puede desarrollarse a través de la humanidad misma. Alice A. Bailey


Nota: El llamado que se hace en la segunda estrofa de La Gran Invocación a Aquel Que Viene puede hacerse utilizando alguno de los nombres con los que Se lo conoce desde hace más de dos mil años, en Su carácter de Instructor del Mundo. A modo de ejemplo citamos los nombres según las culturas:

Budista: El Bhodhishatva
Cristiana: El Cristo
Hinduista: Krishna
Islámica: El Imán Majdi
Israelita: El Mesías
Persa: Muntazar
Tibetana: Maitreya
También puede nombrárseLo como "Aquel que viene"